lunes, 13 de septiembre de 2010

Sueños

Soñé que corría por las calles de una ciudad plagada de relojes cuyas agujas giraban en sentido inverso.

Callejones y avenidas se torcían a mi paso como túneles con voluntad propia, conformando un laberinto vivo que burlaba todos mis intentos por avanzar.
 Al final bajo un sol de mediodía que ardía en el cielo como una esfera de metal candente, conseguía llegar a la estación y me dirigía a toda prisa hacia el andén donde el tren empezaba a deslizarse. Corría tras él, pero el tren ganaba velocidad y pese a todos mis esfuerzos no conseguía mas que rozarlo con la punta de los dedos. Seguía corriendo hasta perder el aliento y, al llegar al final del andén caía al vacío. Cuando alzaba la vista, ya era tarde. El tren se alejaba en la distancia....
Empecé a caminar sin rumbo, recorriendo calles que me parecían mas vacías que nunca, creyendo que si no me detenía, si seguía caminando, no me daría cuenta que el mundo que creía conocer ya no estaba allí.

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